Este fin de semana hemos estado en un pueblecito de Ávila visitando a unos amigos, gente de campo buena y resalá. Ya están recogiendo alguna variedad de cerezas (Burlat) y nos hemos dado el gusto de recoger un par de cajas con ellos.
Me encantan las cerezas, son como joyas colgadas de los árboles, qué buenas están, te puedes comer un kilo sin darte cuenta. Por eso, nos ha contado Pedro que antiguamente, a los jornaleros que se ocupaban de recogerlas les hacían cantar.
Estamos pensando en plantar algunos cerezos en la finca, 7 u 8, que no nos falten. Al parecer, a la mayor parte de los cerezos la humedad les va mal, aunque hay alguna variedad, como la Regina o la Lapins, que aguanta bien la lluvia.
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