Todas las cosas sencillas tiene sus detalles y sus trucos, de eso te das cuenta cuando te pones a hacerlo y no te sale. Así aprendimos nosotros cómo hacer yogur casero, pero que además esté rico.
Cuando nuestra niña pequeña empezó a comer sólidos lo único que le gustaba (de verdad, ¡lo único! fue tremenda) era el yogur natural, tomaba los yogures de dos en dos y cuando ya teníamos todos los vasitos necesarios para plantar semillas a montones y no sabíamos ya qué hacer con ellos, nos compramos una yogurtera. En cuanto la tuvimos nos dimos cuenta de que era lo mejor y que teníamos que haberlo hecho muuucho tiempo atrás. Podíamos seguir comprando yogures artesanos riquísimos hechos en el Valle, de hecho los compramos cuando queremos tomar algo especialmente rico pero a nosotros nos gusta hacernos nuestra comida, somos así.
Ahora te preguntas ¿de verdad necesito una yogurtera? Pues sí, si quieres hacer yogur en casa la necesitas. El yogur requiere un lugar donde la temperatura y humedad sea constante durante varias horas. Podrías usar el horno, pero consume muchísima energía, así que la yogurtera es la manera más eficaz y eficiente de controlar la temperatura, a no ser que tengas un robot de esos que hace miles de cosas, entre ellas yogur (en ese caso esta entrada también te servirá pero sólo tienes que seguir las instrucciones de tu robot de cocina).
¿Qué necesitas para hacer yogures muy ricos? Leche de calidad preferiblemente entera y fermento, es decir, un yogur (bio preferentemente)
Ingredientes para hacer yogur casero
¿Y cómo se hace?
En un recipiente profundo, nosotros utilizamos una jarra de 1,5 l, ponemos un yogur y lo batimos con una cuchara hasta que quede líquido. Una vez que lo tenemos líquido vamos añadiendo un litro de leche poco a poco, mezclándolo para que no queden grumos. Lo repartimos en nuestros vasitos, tapamos y ponemos en la yogurtera al menos 8 horas, nosotros la dejamos toda la noche.
Nuestra yogurtera es simple, tiene un sólo botón, lo enciendes y ya, el aparato se pone a 38º y se mantiene a esa temperatura hasta que lo apagues. Al principio probamos una yogurtera muy “sofisticada” con varias opciones de temperatura y tiempo; a mayor temperatura los yogures se cuajan antes, pero en mi opinión da mejor resultado tener la temperatura baja más tiempo.
¿Qué cosas hay que tener en cuenta?
– Hay que respetar las cantidades de fermento para que la población de bacterias pueda medrar, la proporción será de un yogur por cada litro de leche
– Algunas leches frescas, al tener su propia flora bacteriana no terminan de cuajar así que nosotros usamos leche esterilizada
– La temperatura del yogur y de la leche debe ser similar, no debemos calentar la leche previamente.
– Se debe mezclar muy bien para asegurarnos de que toda la mezcla tiene fermento pero no tenemos que batir la mezcla porque le estaríamos incorporando aire y esto perjudica el proceso.
– Con leche semidesnatada y desnatada el yogur queda menos consistente y para mi gusto menos rico.
Pues ya lo tienes, un yogur con consistencia y con sabor buenísimo, ahora le pones lo que más te guste, nosotros solemos ponerle nuestras jaleas y jarabes (si quieres probar sigue este link), mermelada o azúcar, o frutos secos, miel, fresas, frambuesas… o nada de nada, como nuestra peque.
Yogur casero con jarabe de saúco
Sólo recuerda guardarte un yogur ¡no te quedes sin fermento! … y comparte tus trucos y tus fallos, así todos aprendemos
¡Hasta pronto! (esperemos ;-))
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