Las hojas del limonero son de un verde brillante que destaca en el prado y ahora, con todos los limones amarillos y enormes parece un dibujo. Cuando rompes una hoja te queda un aroma delicioso en las manos. Tengo ganas
de probar a destilar la corteza en mi alambique.
Los limones que da nuestro árbol tienen la piel muy gruesa, por eso son ideales para cocinar postres. Como a mí no me gusta el arroz con leche, he decidido hacer una crema de limón para ponerla entre láminas de manzana tostadas en azúcar. Es una versión libre de una receta que vi en una revista.
Ingredientes (para 4)
2 manzanas, 1 limón grande, 1/2 L. de leche, 6 – 8 cucharadas de azúcar, 2 huevos y 90 g. de maicena.
Preparación
Se pone la leche en un cazo y se calienta junto con la cáscara del limón. Mientras, se baten los huevos con el azúcar y la maicena. Después añadimos poco a poco la leche caliente y la ponemos a fuego lento sin dejar de remover. Cuando espese, añadimos el zumo de limón.
Por otro lado, cortamos en láminas finas las manzanas lavadas y con la piel, las espolvoreamos con azúcar y las pasamos por la plancha caliente un poquito, sólo para que tomen el azúcar y se ablanden.
Ponemos en el plato una capa de manzana y otra de crema de limón, haciendo dos o tres pisos y encima le ponemos una lámina muy fina de manzana más tostada.
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