Desde que he empezado a utilizar las ovejas para que me coman el verde (lo que llamo técnicamente “aprovechamiento mixto de la pomarada”) entre los manzanos me ha surgido la necesidad de ir compartimentando la finca en parcelas un poco más pequeñas. Algunas podrían ser móviles, pero aún así habrá de separar la finca en tres unidades grandes al menos, separadas por una portilla cada una.
Las parcelación temporal para que vayan comiendo trozo a trozo dejándolo bien cortito, tengo pensado hacerla con malla para ovejas de nailon, electrificada, muy ligera y manejable, ideal para esto.Quiero plantarla justo después de esquilarlas para que se peguen unos cuantos calambrazos buenos y se les quede grabado, más adelante quizás pueda incluso estar sin corriente.
Pero para separar la finca de varias subunidades tengo que instalar unas portillas, algo solido que dure y que evite que las ovejas regresen a su parcela habitual.He estado plantando un poste que servirá para colgar la primera de ellas, entre los manzanos y el prado desnudo.
He seguido algunas indicaciones de algún manual que he visto por ahí que me parecieron útiles. No me ha quedado el mejor poste ni la mejor instalación del mundo, pero creo que los principios básicos para que quede firme han quedado claros.
El poste es de pino recuperado de unas entresacas que hicieron en el monte cercano, lo he tenido sumergido en aceite quemado por la parte que irá enterrado y además es recomendable dejarlo pelado, para que resista mejor la pudrición.
El principio básico es bastante claro: El peso de la portilla hará oscilar la parte hundida del poste, los dos tablones insertados se oponen cada uno al sentido del desplazamiento que provoca el peso de la puerta.
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